lunes, 5 de septiembre de 2011

TINOS, UNA ISLA SORPRENDENTE (I)

Tinos. Vista general de Jora

Para la gran mayoría de los griegos, la isla de Tinos es, por encima de todo, uno de los más importantes centros religiosos del país. Tal vez por esta razón, y también por la proximidad geográfica de la archiconocida Míconos, Tinos guarda en su interior incontables maravillas todavía a la espera de ser descubiertas. Además de ser un verdadero paraíso natural -con medio centenar de playas, algunas de ellas casi vírgenes- y de haber sido escenario de importantísimos acontecimientos históricos, la isla de Tinos puede presumir de tener una vida cultural envidiable (no en vano es la patria de algunos de los más conocidos artistas plásticos griegos). Si a todo eso añadimos el encanto de su arquitectura popular y la simpatía con que sus habitantes acogen al visitante, Tinos se convierte en un destino a tener muy en cuenta en un próximo periplo por las Islas Cícladas.

Mapa de Tinos. Giacomo Franco (1597)

Un poco de historia...
Tinos era conocida en la Antigüedad como Hydrussa y Ofiussa, por sus abundantes aguas (hydor) y por sus serpientes (ofis). Es posible que Tinos deba su nombre actual a su primer habitante, Tinos, nombre derivado de la palabra fenicia Tannoth que significa serpiente.
Como han demostrado diversas excavaciones, Tinos estuvo habitada durante la Edad del Bronce y durante el período de la civilización cicládica. Fenicios, jonios, persas, atenienses, espartanos, macedonios, egipcios y romanos pasaron por la isla, ya sea como visitantes, colonos, aliados o conquistadores. Antes de formar parte del Imperio Bizantino, Tinos fue miembro de la Federación Cicládica y de la Coalición Ateniense, así como también dominio persa y provincia romana.
En la isla han sido encontrados objetos de los períodos micénico y geométrico, y también restos de un poblado prehistórico (Vrecastro). Es importante remarcar que hasta 1934 la ciudad se proveía de las aguas que llegaban a través de un acueducto construido en el s. II a.C.
Los antiguos templos de Kionia estaban dedicados al dios protector de la isla, Poseidón, por haberla liberado de una invasión de serpientes, y a su compañera, Anfitrite. El templo constituía una parada para la purificación de los fieles que se dirigían a Delos.

Durante las Guerras Médicas, Tinos fue ocupada por los persas y fue liberada por la batalla de Maratón. La isla tomó parte en la batalla naval de Salamina. En el s.II a.C. se convirtió en estación naval de los rodios. Fue tomada por los romanos y, en el año 88 a.C., devastada por Mitrídates.

Mujeres de Tinos con abanicos (1718)

La época bizantina supuso para Tinos un período de oscuridad y olvido. Sucesivos ataques de los piratas, terremotos y epidemias fueron la causa principal de aquella época sombría. Con la toma de Constantinopla por los francos, Tinos, como el resto de las Cícladas, pasó a estar bajo dominio veneciano (1204). Los venecianos fortificaron la isla para defenderla de los ataques de los piratas y los turcos. De hecho, Tinos fue una de las últimas islas en caer en poder de los otomanos. Su posición estratégica, en el centro del Mar Egeo, justifica el esfuerzo de los venecianos por conservar la isla: quien tuiviera el control de Tinos controlaría también todo el Egeo. La prolongada presencia veneciana
en Tinos explica también la existencia de una importante comunidad católica en la isla.

En 1538, Tinos fue devastada por Barbarroja y en 1715 cayó bajo el poder del Imperio Otomano. A pesar de ello, los habitantes de la isla conservaron importantes privilegios, como el derecho a construir iglesias y escuelas y a conservar su indumentaria habitual, semejante a la de los venecianos, sombrero de paja incluido. La presencia turca en Tinos fue mínima y la isla supo establecer importantes relaciones comerciales con los Balcanes, el Asia Menor e incluso con Alejandría, en Egipto. Su floreciente comercio y la fama de sus excelentes artistas del mármol llamaron la atención de los embajadores y cónsules europeos ante el Imperio Otomano, algunos de los cuales (entre ellos, el español) llegaron a visitar la isla en varias ocasiones. Los isleños estaban tan influidos por el estilo de vida occidental que Tinos llegó a ser conocida como la "Pequeña París".

Kösem Sultan (1589 - 1651)

En relación con el Imperio Otomano, cabe destacar la figura de Anastasía, una joven muchacha nacida en Tinos, hija de un sacerdote ortodoxo, que con el tiempo llegó a convertirse en reina madre y regente del Imperio. Anastasía fue capturada en una de las incursiones turcas y enviada a Constantinopla, donde fue vendida al harem del sultán Ahmed I, de quien se convirtió en consorte y concubina favorita, ya con el nombre de Kösem Sultan, tras convertirse al Islam. Esta joven de origen griego llegó a ser la mujer más poderosa de toda la historia del Imperi
o Otomano, ejerciendo la regencia en varias ocasiones en nombre de sus dos hijos y su nieto. Esta figura histórica, prácticamente desconocida en Grecia, ha sido protagonista de varias novelas y películas en Turquía.

Tinos participó en la Revolución Griega prácticamente desde el principio (31 de marzo de 1821). El descubrimiento del icono de la Virgen en 1823 -hecho del que nos ocuparemos en un próximo capítulo- provocó una auténtica conmoción nacional y fue interpretado como un mensaje sagrado de apoyo al pueblo griego en la lucha por su liberación del yugo otomano. Muchos de los héroes griegos de la Revolución acudieron a Tinos a presentar sus respetos a la Virgen, entre ellos, Kolokotronis, Miaulis, Kanaris y Makriyiannis. Tras la liberación de Grecia, Tinos se convirtió en un centro religioso panhelénico.



El crucero de guerra griego "Elli I"

La isla de Tinos también fue el escenario de la entrada de Grecia en la II Guerra Mundial. El 15 de agosto de 1940, durante las celebrtaciones de la Fiesta de la Virgen, el crucero de guerra griego "Elli I", que estaba anclado en el puerto de Tinos con motivo de la festividad de la Virgen, fue torpedeado por el submarino italiano "Delfino". Nueve marineros murieron y veinticuatro resultaron heridos. El ataque italiano significó el inicio de la participación griega en la II Guerrra Mundial. A pesar de que durante la ocupación el pueblo de Tinos sufrió infinitas calamidades, la isla jugó un importantísimo papel, sirviendo como puerto de evacuación de soldados y enviando a los Aliados valiosas informaciones sobre los movimientos de los barcos alemanes.