domingo, 4 de marzo de 2012

2012, AÑO NIKIFOROS VRETAKOS



Con motivo del centenario del nacimiento de Nikiforos Vretakos, el Ministerio de Cultura y Turismo de Grecia ha encargado al Centro Nacional del Libro la organización de una serie de actos de homenaje a este escritor y poeta, uno de los más destacados de las letras griegas del pasado siglo, aunque no tan conocido fuera de Grecia como algunos de sus contemporáneos. 

De entre los actos de homenaje organizados cabe destacar la celebración de un Congreso Internacional sobre Vretakos, que tendrá lugar los días 8 y 10 del próximo mes de noviembre en el Centro de Congresos del Museo Benaki (C/ Pireós, 138). La ya clásica campaña poética en los medios de transporte público, que organiza cada año el Centro Nacional del Libro con motivo del Día Mundial de la Poesía (21 de marzo) estará en esta ocasión dedicada a Nikiforos Vretakos. Carteles artísticos con versos del poeta se proyectarán en las pantallas de las estaciones del Metro y el tranvía, a fin de que los viajeron tengan un contacto más directo con los más conocidos versos del poeta. En la organización de los homenajes participa también la Biblioteca Pública de Esparta, donde se encuentra el Archivo Nikiforos Vretakos. Igualmente hay que mencionar la creación por parte del Centro Nacional del Libro de una página web dedicada al poeta.



NIKIFOROS VRETAKOS

Académico durante los últimos años de su vida, poeta y prosista, con una obra que se distingue por un profundo sentimiento de amor hacia la naturaleza, la vida y el ser humano, Nikiforos Vretakos nació el 1 de enero de 1912 en Krokeés, cerca de Esparta. Conocido también como "el poeta del Taigetos", perteneció a una generación de creadores que contribuyó en gran medida a la renovación de la literatura griega, en la década de 1930.

En 1929, Vretakós deja su Laconia natal para trasladarse a Atenas con el objetivo de completar sus estudios, cosa que finalmente  no consigue, absorbido completamente por la creación poética, convertida en su principal dedicación. Durante esos años, el poeta ejerce muchos y variados oficios que le propocionan el sustento económico que no le ofrece la poesía "a la que entregué mi alma. Y sin estar seguro de ser un poeta, ahora sé que no soy otra cosa".

Tras la publicación de su primer poemario, "Bajo las sombras y las luces" (1929), vendrán "Descendiendo al silencio de los siglos" (1933) y "Gestos del hombre" y "Guerra" (1935). Su sensibilidad en la manera de percibir la realidad y los acontecimientos históricos que marcan el destino de su país marcan su vida y la evolución de su obra poética.

Vretakos toma parte en la Guerra greco-italiana de 1940 y, más tarde, participa también en la Resistencia como miembro del Frente de Liberación Nacional, fundado por el Partido Comunista de Grecia en la Atenas ocupada en 1941. Su entusiasmo y su optimismo, sus expectativas de un mundo mejor que se construirá sobre las ruinas de la guerra marcan el contenido de sus próximos poemarios: "Sinfonía Heróica" (1944), "33 días" (1945), "Margarita" (1949) -un libro lleno de lirismo y ternura-, "El Taigetos y el silencio" (1949), "Los ríos lodosos" (1950). Son obras que no pueden ocultar, a pesar del horror de la guerra y del posterior desencanto del poeta, su fe en el ser humano, su amor por la naturaleza y sus convicciones políticas.

En 1967, al proclamarse en Grecia la dictadura, Nikiforos Vretakos se autoexilia en Suiza y más tarde en Italia. De aquella época son sus obras "Despedida del sol griego" y "Protesta". Tras su regreso a Grecia, en 1975, el poeta declara haber conquistado, por fin, su propia serenidad, fruto de la cual son sus obras "Prometeo" (1978) y "Liturgia bajo la Acrópolis" (1981). Vretakos falleció en Atenas el 4 de agosto de 1991.  

Personalmente, siento un enorme cariño y admiración por la obra de Nikiforos Vretakos. Fue el primer poeta griego cuya obra leí en su lengua original, gracias a unas fotocopias de algunos de sus poemas que me envió desde Ilioupolis una muy querida amiga, hace ya bastantes años. También es suyo uno de los primeros poemas que intenté traducir del griego al castellano:

No hay soledad

No hay soledad allí donde un hombre
excava o silba o lava sus manos.
No hay soledad allí donde un árbol
agita sus hojas. Allí donde un insecto
sin nombre encuentra una flor y se posa,
donde un riachuelo refleja una estrella,
allí donde sosteniendo el seno de su madre
con sus pequeños labios abiertos y felices
duerme un niño, no hay soledad.

Nikiforos Vretakos
de "El Fondo del Mundo" 


Texto original escrito para lapasiongriega.blogspot.com
 Enlace: Página web de Nikiforos Vretakos